Ocho claves de los países con mejor educación a nivel mundial

La educación es un tema que no hace sentir bien a Latinoamérica porque cuando de clasificaciones mundiales se trata son los países asiáticos quienes se llevan los primeros puestos en matemáticas, letras y ciencia. De esta forma, Singapur clasificó como el mejor en el mundo, seguido de Japón y Estonia. Es aquí dónde nos nace la pregunta ¿qué hacen ellos para obtener esos logros? Aquí te explicaremos a través de un artículo realizado por la BBC  cuáles son las ocho claves de su éxito.

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Una cultura conformista y centrada, un sentido de propósito colectivo o incluso un Estado de un solo partido de los tradicionales suelen ser elementos que dan mejores resultados. Pero hay excepciones: los finlandeses consiguen un alto rendimiento con un fuerte sentido de independencia liberal.

Hay un fenómeno en la educación llamado "la maldición de los recursos", porque los países que basan su economía en recursos naturales tienen a rendir menos en la educación. Por el contrario, en los países pequeños con pocos recursos han tenido que aprender rápidamente de cómo vivir de su ingenio.

El gurú de la educación de la OCDE Andreas Schleicher tiene un eslogan: "Ningún sistema de educación puede ser mejor que la calidad de sus profesores". El éxito está inseparablemente unido a la oferta de docentes de buena calidad.

Los países que ocupan los primeros puestos son relativamente jóvenes en cuestión de Estado, esto les permitiría adaptarse de forma más rápida a los cambios de educación e incluso se animarían a probar nuevas estrategias.

Otra característica singular de estos países es que se han visto, durante un tiempo, bajo la sombra de sus vecinos y esto fue el motivo necesario para empezar a sobresalir. Para ello, fue necesaria la educación para poder competir en las ligas mayores junto a sus vecinos.

Estos países se aseguran que todos lleguen a “la meta”, para ello, refuerzan más a sus alumnos con bajo rendimiento para que todos tengan un nivel adecuado y básico. Caso contrario sucede en los países de Occidente que creen que solo deben llegar los mejores, descuidando a sus demás jóvenes.

Es difícil separar los sistemas educativos de la política y la cultura en la que se desarrollan. Por mucho que a todos les gusta hablar de "innovación", hay un montón de presiones en contra del cambio. Pero muchos de los países con alto rendimiento no tienen ningún problema en apropiarse de las mejores ideas de otros países e incorporarlas en sus propias escuelas.

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El gran mensaje del ranking global es que lo que se necesita es consistencia y continuidad. Para esto se deben elaborar planes a largo plazo en un mundo de corto plazo, teniendo en cuenta que los cambios en el sistema educacional tomarán algunos años pero se lograrán.