Teresa Ocampo, una historia hecha en la cocina

Quien nunca la ha visto, por lo menos ha oído hablar de ella, de una simpática mujer con un programa de cocina  que fue transmitido por primera vez en 1959 siendo el pionero en su género dirigido para el ama de casa que tenía poco tiempo, poco dinero y que estaba con la necesidad de presentar algo creativo, rápido y efectivo. 

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Resolver esos problemas domésticos en la cocina fue el aporte culinario más importante que ha dado al Perú la gran Teresa Ocampo, quien hace muchos años se retiró de la televisión, dejando un gran vacío, pero grandes enseñanzas. A ella en el extranjero la conocen como la Julia Child peruana.

Tratando de que las nuevas generaciones sepan de ella, es que la investigadora Paola Puig, nuera de Teresa, ha publicado el libro “Teresa Ocampo, la historia de mi cocina” con el apoyo de la Universidad de San Martín de Porres. 

Esta nueva publicación es el reconocimiento a toda una vida destinada a la cocina, es un rescate de los recetarios  íntimos que pasaron de madres a hijas. El libro cuenta como su vocación por la cocina fue plasmada en la televisión peruana convirtiéndose en la pionera de los programas de cocina desde la década de 1960.

Para  los que no sabían, Teresa  nació en 1931 y desde hace 20 años vive en Dallas (EE.UU), ella siente que todavía tiene un serio compromiso con el Perú, pues en medio del boom gastronómico lo que hace falta es a alguien con autoridad de madre, que dirija de nuevo la atención hacia la cocina casera.

Tuve la suerte de entrevistarla hace unos años y me contó que el don de buena cocinera lo heredó de su familia, provenientes del Cusco, exactamente de la hacienda Lucre (que data del año 1600), me contó también como fue llevada a Lima y luego de terminar el colegio y su viaje a  Europa, donde toma clases en Le Cordon Bleu de Paris.

Fíjate tú, yo tengo bonitos recuerdos de los chefs pasteleros, pues es lo que más me gusta y ahora como es la vida, no puedo comer mucho eso. Recuerdo toda la repostería de antaño, pero también acepto con nostalgia que ya no es lo mismo, pues la gente ha cambiado y por ende, las recetas también, por el tiempo que ya no le quieren dedicar a la preparación.

Le ofrecieron a mi madre política (suegra) y a mi mama, que eran las señoras que daban clases de cocina en una asociación llamada “Campo Abierto”, donde enseñaban a chicas de dinero acerca de todas las reglas de etiqueta para dirigir un hogar. Y bueno las dos dijeron que porque no lo hacen conmigo, que tenía en ese tiempo 26-27 años, era una cara joven.

-Era en vivo, estaba temblando y casi me muero, imagínate el micro era alto y tenía que haber un sepulcral silencio, y la pre producción de mis recetas las hacía yo, por ejemplo, hacía un pavo horneado y tenía que mostrar desde el principio todo, por eso llevaba un pavo crudo, uno a medio hacer y otro finalizado. Si vieras cuanto extraño esa vida de televisión…

Debe ser porque yo no guardaba ningún secreto de cocina, por eso la gente confía en mí, me parece que si te das, te das integra. Da cólera que por obviar un detalle pequeño te puedan decir que esta fea la comida, yo respeto a las personas que lo hacen, pero no comparto esa idea.  Cuando estuve en Houston durante un tiempo me hicieron una entrevista que se tituló “conoce a la Julia Child peruana” y es que yo la veía durante la época que hacía mi programa, siempre le he admirado, me inspiró muchísimo.

Lo que más espero de la juventud es que sean auténticos que no se les suba la fama, porque cuando eres genuino y das tus recetas bien, te recuerdan siempre. Yo me acuerdo de todas mis recetas, he hecho un infinidades de recetas peruanas e internacionales.

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