10 Razones de por qué las mujeres groseras son mucho más felices

Los tiempos en los que se admiraban porque una señorita maldecía o decía alguna grosería han pasado. Hoy en día esto es tan común como un saludo diario, es más, en ocasiones esto ayuda a reducir los niveles de estrés por los que atravesamos muchas mujeres, haciendo - de nosotras-, unos seres más felices. Y es que según una investigación publicada en Psicology Today, maldecir puede resultar ‘purificador’  

TAMBIÉN TE INTERESA: 25 señales que te evidencian como una completa 'atorrante' con tus amigosA continuación te presentamos más motivos para seguir siendo groseras, claro siempre y cuando tengamos los motivos necesarios. ¡Presta atención!

No se trata de una excusa, los estudios respaldarían esta teoría. ¿De dónde viene esto? Lo dice un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Keele, en Inglaterra. Aquí se puso a prueba a un grupo de estudiantes que debían aguantar el dolor solo con la acción de maldecir. Los resultados evidenciaron que esto ayuda a menguar el dolor.

El estudio antes mencionado, sugiere además que cuando estamos más molestos y maldecimos, podemos desarrollar nuestra fuerza. ¿Seríamos entonces más fuertes? Se podría decir. Así que ya sabes si quieres aumentar tus fuerzas y energías, maldecir podría ser la solución a tus problemas.

El hecho de que se te ocurran muchos insultos en tan poco tiempo, ayudaría a agilizar tus neuronas, haciendo que tu cerebro pueda expandir sus fronteras asociadas a la creatividad. Solo piénsalo.

Ante cualquier signo de dolor o tristeza, decir malas palabras o ser muy grosero actuaría como un efecto analgésico que te ayuda a aliviar el dolor que sientes. ¿Encontramos la receta mágica para todo? 

El hecho de maldecir o decir groserías haría que nuestro organismo libere cierta cantidad de adrenalina que suele volvernos mucho más eufóricos de lo que acostumbramos ser.

¿Cuántas veces has tenido que hacer una tarea pesada o un ejercicio que te ha llevado a gastar mucha energía? Cuando sientas ello, ¡solo maldice! y verás que no habrá obstáculo que te pueda detener.

Decir malas palabras tiene un efecto reparador en nosotras. Muchas veces actúa como si fuera un tranquilizante natural. Esto ha sido corroborado por la Facultad de Artes Liberales de Massachusetts. De ahí que los investigadores señalaron que maldecir permite dar rienda suelta a lo que sentimos. 

Nos ayuda a sacar todo lo que tenemos contenido en nuestro ser ya sea ira, alegría, sorpresa o felicidad. También se puede decir que al maldecir nos podemos volver, en muchas ocasiones, más sinceras que en otras oportunidades.    

El sentir todas aquellas emociones cuando atraviesas por esta etapa, ayuda a que puedas ver tu lado negativo como persona, ayudándote a cambiar en el futuro. Además puedes ayudar a que otras personas puedan cambiar para bien o mal, según las cosas que se les diga.   

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El efecto liberador, ayuda a que pases del estado de enojo o ira al de paz y tranquilidad. Después de decir malas palabras, por lo general, muchas personas tienden a sentirse mucho mejor y hasta, por qué no decir, con mejor humor.