Cinco perros que No abandonaron a sus dueños hasta después de su muerte [FOTOS]

Los amantes de los perros siempre pensarán que sus mascotas son mejores que otras. Lo cierto es que su fidelidad y su devoción por sus dueños han logrado destacar estas virtudes propias de esta linda mascota. Aquí te presentamos cinco historias protagonizadas por algunos perros que no abandonaron a sus dueños en los peores momentos de sus vidas, incluso hasta la muerte. ¡Presta atención!

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Con el tiempo el perro se convertiría en toda una leyenda, admirado por grandes y chicos, los mismos que acudían hasta el cementerio para asegurarse que se encontrara bien de salud. Sin embargo, sería en 1872 que la mascota dejaría de existir sobre la tumba de su amo. Las personas que sabían de su sufrimiento decidieron construirle una estatua mirando hacia la tumba de su amo.

Pese a ser muy manso, el animal no dejaba que sea tocado por nadie. Sin embargo el personal del cementerio se encargó de darle de comer y de algunos cuidados básicos para que tenga una mejor vida. Pese a no encontrar rastro alguno de su amo, el animal terminó falleciendo tras una larga búsqueda en el cementerio por nueve años.

En su desesperación, el perro subía a los trenes y buscaba entre los pasajeros, pero nunca encontraba lo que más quería. Con el pasar el tiempo y pese a las enfermedades por las que atravesaba la mascota, continuaba con el recorrido sin que sus esfuerzos rindieran frutos. Una tarde el leal Fido no regresó más y se reunió con su amo.

El pueblo que vio todo el sufrimiento del animal decidió levantar una estatua en memoria de su gran lealtad por su dueño, de esta manera aún cerca a la estación del tren, se puede leer un epitafio que señala "A Fido, un ejemplo para todos los humanos de lo que es la máxima expresión del amor y fidelidad".

La historia es muy conocida en la ciudad de Cádiz. En reconocimiento al noble animal, el pueblo gaditano puso su nombre a una calle y una placa conmemorativa.

Años más tarde, un alumno de Ueno se enteró de la historia y decidió publicarla haciéndose conocida en todo Japón. Tras la fama internacional se hizo una estatua conmemorativa al tierno animal en la misma estación en donde esperaba a su dueño. Asimismo gracias a esta historia se salvó a esta raza de canes, los mismos que estaban en peligro de extinción. 

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