Masturbación infantil: las niñas también se masturban

Aunque no se hable de ello casi nunca, la sexualidad infantil existe. Desde que nacemos hasta que morimos las personas somos seres sexuales que atravesamos por distintas etapas en las que exploramos nuestros cuerpos a solas o en compañía.

En el caso de las niñas, a partir de los dos años inician una etapa de autoexploración de las diferentes partes de su cuerpo en general y de sus genitales en particular. Si al tocarse la vulva sienten placer pues entonces de manera instintiva repiten dicha caricia que les ha hecho sentir bien. Por lo tanto, se masturban sin saber que lo están haciendo.

Si la masturbación en general es un tabú, la masturbación infantil en particular es más tabú aún, pero lo cierto es que la mayoría de mujeres descubre esta práctica sexual durante su niñez.

Por eso es importante entender en qué consiste la sexualidad infantil y qué debemos hacer si vemos a nuestras hijas pequeñas masturbándose.  Obviamente todo lo explicado en este artículo también aplica para los niños, pero me centro en las niñas porque me especializo en sexualidad femenina.

Es importante entender que la sexualidad infantil es diferente a la sexualidad propia de quienes se encuentran en la pubertad, la adolescencia o la adultez. El desarrollo sexual de una persona está compuesto de distintas fases, la etapa infantil es una de las primeras y se caracteriza por la observación y el descubrimiento de la corporalidad.

Las niñas están llenas de curiosidad y para saciarla recurren a la exploración. Uno de los primeros espacios que exploran es su propio cuerpo y cualquier roce o caricia que experimenten como placentera van a repetirla cuantas veces deseen.

La masturbación es definida en un sentido estricto como la autoestimulación de los genitales y eso es precisamente lo que hacen las niñas desde pequeñas: se tocan la vulva o la rozan contra algún objeto para sentir placer. Su motivación es instintiva y su objetivo es simple: las sensaciones placenteras que experimenta las llevan a repetir esta práctica sexual sin tener la más mínima idea de que se están masturbando.

Las únicas personas que se ven afectadas con la masturbación infantil son los adultos que rodean a la niña, es decir, la mamá, el papá o algún otro familiar cercano. La mayoría puede sentirse incómoda o incluso reaccionar de manera abiertamente agresiva y regañar duramente a la pequeña que se está masturbando.

La preocupación y el nerviosismo que se genera en las madres y padres de familia es fruto de la ignorancia acerca de la sexualidad infantil, ya que, como he explicado, el tocarse la vulva es un comportamiento común y saludable durante la infancia y la niñez femeninas.

Una de las formas más comunes de masturbarse para las niñas es sentarse sobre los brazos de los muebles (como los sillones, por ejemplo) y balancearse de arriba a abajo o de adelante hacia atrás; otra técnica consiste en apretar sus piernas con fuerza. Al realizar cualquiera de estas posturas, que usualmente les hacen sentirse acaloradas y sudorosas, la niña estimula su clítoris de manera directa o indirecta y eso es lo que le causa placer.

Si eres mamá o papá de una niña y notas que se está masturbando lo primero que debes hacer es mantener la calma y explicarle de manera tranquila que eso que está haciendo es algo que debe hacer en un lugar privado como su cuarto o el baño.

Si le llamas la atención por masturbarse, tu hija comenzará a sentir culpa o vergüenza por darse placer, lo que a la larga repercutirá en su desarrollo sexual. Las niñas a las que se las ha regañado o castigado por masturbarse probablemente al ser adultas no puedan disfrutar del sexo a solas o en compañía porque asociarán el placer con la culpa y la vergüenza que se les hizo sentir de pequeñas.

Cabe añadir que, además de explorar su cuerpo a solas, las niñas también suelen realizar juegos sexuales con otras niñas o niños de su edad en los que se muestran o se tocan mutuamente sus genitales.

Estos juegos sexuales infantiles también forman parte del desarrollo sexual saludable de cada persona. Pero hay que tener en cuenta que para ser considerado como tal esto sólo debe ocurrir entre niñas y niños de la misma edad. Cuando existe una diferencia considerable de años entre tu hija y las otras niñas o niños que interactúan con ella entonces estamos hablando de abuso sexual infantil.

Debemos tener en cuenta que la pedofilia no se origina en la adultez sino en la pubertad o adolescencia, por ello basta una diferencia de 7 años aproximadamente para que un juego sexual entre niños deje de ser eso y pase a convertirse en abuso sexual infantil.

Sandra Campó es escritora y educadora sexual.  Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima. Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM: @elblogdesasa