Dietas rápidas ¿conoces los riesgos?

Cuando elegimos seguir una dieta, siempre es igual, resulta que empezamos a excedernos un poco, ignorando nuestro aumento de peso  hasta que finalmente llega a ser “demasiado” para nosotros y decidimos ponernos en forma, para lo cual recurrimos regularmente a una dieta rápida. Pero, ¿conoces los riesgos de este tipo de dietas?

Una dieta extrema o dieta rápida es por lo regular una dieta que fuerza a nuestro cuerpo a ir más allá de sus capacidades, lo cual, puede resultar poco saludable y traer consigo consecuencias graves.

Con esto, no quiero decir que todas las dietas son malas, pero hay una manera saludable de perder peso, como hay formas pocos saludables también. Las dietas extremas  o de ayunos, pueden ser dietas poco saludables, pero… ¿cuáles son los riesgos?

Para la pérdida rápida de peso

Para cuando nos damos cuenta de hemos subido de peso, por lo regular se trata de 5 o más kilos, y queremos bajarlos en una o dos semanas, estas exigentes metas, nos llevan a elegir dietas extremas, que lejos de beneficiarnos, pueden perjudicarnos.

El inicio  de una dieta extrema, es limitar severamente la ingesta de calorías. Debido a que son dietas muy restrictivas, difieren muy poco del hecho de pasar “hambre”. Por supuesto, que cuando comemos tan poco, esperamos adelgazar rápido, sin embargo, no sólo son peligrosas, irónicamente a la larga, tienen el efecto contrario, “hacernos subir de peso”.  Las dietas extremas, dan como resultado un metabolismo lento, lo que provoca la ganancia de peso una vez que se abandona dicha dieta, “efecto rebote”.

Riesgos

Si el efecto rebote, no es suficiente motivo para que no optes por una dieta extrema, debes saber que las consecuencias de una dieta extrema no son nada agradables, ya que implican efectos debilitantes sobre el cuerpo, y en algunos casos, estos efectos o consecuencias pueden resultar fatales.

Las dietas extremas, pueden ocasionarnos desgaste físico, debilitamiento, fatiga, la sensación de hambre continua, problemas de sinusitis, enfermedad de la vesícula biliar, atrofia muscular, convulsiones y desnutrición. Además, estas dietas también pueden causar deshidratación, estreñimiento, y acidosis.

Por si fuera poco, la salud mental puede verse afectada, es común que las personas que lleven a cabo este tipo de dieta se encuentren irritables, depresivas,  experimenten menor deseo sexual y corren el riesgo de ser más vulnerables trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia.