Conoce cómo darles una dieta balanceada a los infantes en tiempos de pandemia

La cuarentena por la pandemia del coronavirus ha generado una serie de emociones que los niños y niñas muchas veces no saben controlar, confundiendo su aburrimiento o estrés con hambre, ocasionando que consuman alimentos altos en grasa y azúcar como dulces, en altas cantidades.

La Nutricionista Bariátrica de la Clínica Avendaño, Vanessa Tello, asegura que es fácil asociar sensaciones de aburrimiento o estrés que no pueden controlar, por hambre.

Los motivos más frecuentes se deben a no haber tenido un buen control alimenticio desde pequeños y muchas veces acostumbrarse a comer viendo televisión, estando con el celular o Tablet, generando que el cerebro se encuentre en otra actividad física, dejando de lado la sensación de saciedad.

Es importante a la vez, que los padres y madres mantengan una constante vigilancia de los alimentos que ingieren sus hijos e hijas. “Una alimentación balanceada es una nutrición que tiene un balance entre alimentos 80% de fuentes naturales y 20% embazadas, así, estarán dando prioridad a alimentos que no son altos en gradas o sal, como frutas, verduras, pollo, pescado, huevo, lácteos, granos, menestras, entre otros”, afirma la especialista.

Los alimentos no deben ser embazados, altos en azúcar o en sodio, porque saturan el paladar y acostumbran a los niños a ingerir alimentos así. Por otro lado, no es recomendable condicionarlos a comer un plato saludable solo si recibirán un premio de por medio.

El apoyo emocional es importante para poder encaminar una alimentación balanceada con los pequeños de la casa. “Debemos conversar con ellos, explicarles sobre cada alimento, qué acciones tienen los alimentos en su vida, por qué es importante comer sano, ellos mismos deben saber que no deben abusar de las comidas altas en grasas”, agregó la nutricionista Tello.

En caso de un problema de ansiedad o una alimentación en exceso, se pueden ver en un cuadro de ansiedad alimenticia, de ser el caso, es recomendable acudir a un especialista para encontrar el foco del problema y buscar posibles soluciones.

Cabe mencionar que, el problema no se soluciona gritando o castigando al menor, la mejor idea es entender qué está sucediendo en el cuerpo del infante y buscar una solución.