¿Es recomendable poner a ‘dieta’ a nuestros hijos para luchar con el sobrepeso?

El exceso de peso de los niños es un tema que ha ido tomando mayor relevancia en los últimos años.

A menudo los padres e incluso los mismos médicos no le daban importancia al sobrepeso de los pequeños, pues se pensaba que lo normal era que adelgacen en la adolescencia.

Hoy se sabe que el famoso 'estirón' no es la solución del problema y que las consecuencias se comienzan a percibir cuando los menores alcanzan la mayoría de edad.

Existe un alto índice de probabilidad que la obesidad iniciada en la etapa infantil se mantenga en la edad adulta.

Según María Alegre, pediatra del Hospital Universitario del Henares en España, el mal cuidado alimenticio de los niños sería causante de una serie de males y afecciones como enfermedades cardiovasculares, alteraciones respiratorias como apnea del sueño, asma, problemas digestivos, neurológicos y dermatológicos, y evidentemente diabetes tipo 2.

La Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud (Minsa) señalan que, en Perú, el 15% de niños entre 5 y 9 años tiene obesidad y que tres de cada 10 niños tiene una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo.

Cifras alarmantes pero que pueden disminuir notablemente si todos supiéramos cómo tratar correctamente el concepto de dieta en la población infantil, ya que es muy distinta a la de los adultos.

Hay que tener en cuenta que recortar calorías para adelgazar no es la solución al sobrepeso infantil, los niños no deben pasar hambre por lo que necesitan recibir una aportación de calorías determinada cada día según su edad, sexo y el tipo de actividad que realizan.

La calidad de los nutrientes cumple un rol importante en la alimentación de los pequeños. Se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras y a su vez disminuir el consumo de galletas, 'chucherías', zumos envasados, embutidos y bebidas carbonatadas.

¿Las cantidades? No es necesario pesar la comida, pero si se recomienda con mucho énfasis que se ingiera lentamente y con una masticación adecuada, bebiendo agua para facilitar la sensación de saciedad y evitar la ingesta compulsiva.

Muchos padres suelen decir: “De vez en cuando no pasa nada” aduciendo que el niño es demasiado pequeño para privarle de un dulce o 'chuchería'.

El trabajo de muchos nutricionistas es mostrarles a los papás que sus hijos están comiendo comida no saludable de manera más frecuente de lo que piensan.

Finalmente, eso hace que la familia tome conciencia de introducir cambios saludables en la alimentación de toda la familia y no ofrecer al niño dulces como recompensa.

Los médicos han notado que muchos padres tienen la impresión errónea de que haciendo dieta durante unos meses todo se arregla y no es verdad, por eso muchos evitan mencionar la palabra dieta.

Lo ideal es inculcar hábitos alimenticios sanos, diferenciando los alimentos saludables de los no saludables y conociendo las cantidades y días correctos en que deben consumirse.

Finalmente, es importante verificar el crecimiento y desarrollo correcto de nuestros hijos, así como vigilar regularmente el peso y rectificar los malos hábitos. Por ejemplo, un niño entre los 1 y 3 años debería engordar entre 2 y 2,5 kilos anualmente.

El incremento suele ser entre 2,5 y 3,5 kilos entre los pequeños de 4 y 6 años; de 7 a 12 unos 2 kilos anuales, y de 4 a 4,5 kilos cuando están por entrar a la pubertad, ya que la práctica de deportes suele ser más intensa por ende el gasto calórico es mayor.

No olvides que las cenas siempre deben ser ligeras, tanto para nosotros como para los engreídos de casa, ya que la última parte del día es en la que menos energía se consume.