¿El aceite de coco es considerado “veneno puro”?

En muchas ocasiones hemos leído que el aceite de coco es la mejor opción para nuestras comidas, sin embargo, la ciencia no diría lo mismo sobre este producto que está muy de moda.

La profesora Karin Michels del Instituto de Prevención y Epidemiología Tumoral, en su conferencia en la Universidad de Friburgo señala que todos los beneficios sobre el aceite de coco son “tonterías absolutas” y resalta que es “puro veneno por su contenido de grasa saturadas y su amenaza para la salud cardiovascular”.

"El aceite de coco es una de las peores cosas que puedes tomar", declaró la experta.

Hace dos años, el New York Times realizó una encuesta y reveló que el 72% de ciudadanos estadounidenses cree que el aceite de coco es beneficioso para la salud. Los resultados dejaron asombrados a todos, ya que solo un 37% de nutricionistas encuestados opinó lo mismo.

"Se hacen muchas afirmaciones sobre que el aceite de coco es maravilloso para muchas cosas diferentes, pero realmente no tenemos ninguna evidencia de beneficios a largo plazo para la salud", mencionó el profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, Walter C. Willett.

"El aceite de coco está en el medio del espectro en términos de tipos de grasas. Probablemente sea mejor que los aceites parcialmente hidrogenados, que son altos en grasas trans, pero no tan bueno como los aceites vegetales más insaturados que tienen beneficios comprobados para la salud, como el aceite de oliva y de colza" mencionó Walter Willett a la cadena CNN.

La American Heart Association señala que el uso del aceite de coco sí podría ser mejor para la piel, pero no para su consumo en las comidas.

La entidad resalta que el aceite de coco debe ser reemplazado por “grasas saturadas” como las grasas poliinsaturadas y las grasas monoinsaturadas, como las que están en los aceites de oliva y colza, los pescados grasos y paltas.

Entonces Wapa, antes de empezar a consumir algún producto, pregunta siempre con un especialista. Todo lo que comemos y lo que le damos a nuestros hijos debe ser consultado con un doctor.