‘El Principito’ nos da una gran lección sobre la diferencia entre querer y amar

Uno de los libros que marca la infancia de todo niño es, sin duda, ‘El Principito’ de Antoine de Saint-Exupéry cuya lectura es un placer y sobre todo nos brinda grandes lecciones de amistad y amor. Esto último tiene un gran significado e incluso nos deja en claro que existe una diferencia entre amar y querer.

¿Recuerdan aquella conversación que sostuvieron ‘El Principito’ y su rosa? Ese diálogo hace reflexionar sobre esta diferencia de sentimientos.

-Te amo -dijo el Principito

-Yo también te quiero -dijo la rosa

-No es lo mismo -respondió él

¿Cuál es la diferencia? El querer busca de alguna manera obtener algo para sí mismo, poseer, apropiarse de algo que no es nuestro, alguien que llene un vacío. También es una clara expresión de algo que recién inicia y no hay entrega en ello. Por el contrario, amar es ofrecer,  entender, compartir sueños, anhelos, desear el bien y la felicidad al otro sin que se obtenga algo a cambio.

¿Amar es sufrir? La obra literaria tiene una clara explicación sobre esto:

"Amar es desear lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento".

Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar...

-Ya entendí- dijo la rosa.

-No lo entiendas, vívelo- dijo el Principito.