Enseñanzas de nuestras abuelas para hacernos mujeres fuertes

Estar con nuestras abuelitas no solo nos reconforta por ese amor único que nos brindan, sino también por esas enseñanzas de vida que nos han dejado. Hace poco se celebró el Día del abuelo y para festejar queremos compartir con ustedes estas bonitas lecciones.

Recuerdo mucho los años en que viví con mi abuelita y su forma tan especial de educarme: en base a valores, respeto, pero sobre todo tolerancia. Cuando uno es joven no es fácil seguir ciertas normas, más aún si es que ésta te las da una señora muy mayor que tú y en la crees que esta "fuera de la modernidad".

Pues aquí va la primera lección de amor que me dio:

Hay algo que siempre recuerdo de mi abuelita, siempre me repetía cuando me veía en el espejo: "Cada vez que te mires, ve reflejado a una mujer fuerte, hermosa por todos tus lados, pero sobre todo valiosa". No dudes de eso, que nadie te quite esa forma única de sentir, vivir y soñar. El refrán que siempre recordaré es: En la vida no hay premios ni castigos, solo consecuencias. ¡Ámate y acépttate por que tu siempre te acompañarás.

Todo toma su tiempo. Cuando uno empieza a crecer se cree dueño del mundo y que lo puedes todo, a veces sin medir consecuencias. Pero hay algo que siempre recordaré de mi abuela, es que ella siempre me repetía: quema tus etapas, hay tiempo para todo, pero disfruta de cada momento que se te presenta en la vida. No temas en caer, pero tampoco te quedes en el suelo. Descubre cada enigma que prepara la vida, pero todo a su tiempo. A mis 32 años lo comprendí y se lo agradezco.

Desde que entré a secundaria descubrí que las matemáticas y yo no éramos las mejores amigas. Solía tener bajas calificaciones, lejos de gritonearme o culparme, mi abuelita siempre tuvo las frases precias para esos momentos: Tú eres más grande que unos números y ecuaciones. Concéntrate, analiza y busca ayuda cuando la necesites. No dejes que unas fórmulas te definan y te digan cuánto eres o no inteligente. 

Ahora entiendo todo esto y lo aplico, ya no para las matemáticas, sino para la vida, porque es cierto, solo yo soy el límite y no está de más buscar ayuda cuando es necesario.

Aunque muchos puedan creer que las abuelitas están "pasada de moda"la verdad es que ellas son un cofre de oro con grandes enseñanzas y grandes hazañas. No dudemos en abrazarlas, en escucharlas, en reírnos y sobre todo en llenarlas de amor y las que ya no están con nosotros, no dejemos de cerrar los ojos y sentir ese carlorcito que se aloja en el corazón al recordarlas.