El primer robot para ayudar a niños con parálisis cerebral es una realidad
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El desarrollo de un exoesqueleto ha sido creado con el fin de ayudar a quienes los usan y necesitan caminar erguidos, tener menos sensación de cansancio y mayor facilidad de movimientos.
La colaboración se dio entre el Hospital Niño Jesús de Madrid y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que busca mejorar la movilidad de los niños con parálisis cerebral.
Avance tecnológico y médico
El invento se trata de un casco que detecta la actividad eléctrica del cerebro cuando el niño quiere andar y activa los motores del robot.
Al invento le precede el exoesqueleto creado por el CSIC que ayuda a los niños con atrofia muscular, pero esta nueva innovación incorpora mejoras que lo hacer ir más allá de sus capacidades.
Motores propios en rodilla, cadera y ajustes que sirven para el control del tronco y una novedad sin precedentes: un casco de electroencefalopatía (un tipo de gorro de piscina con electrodos) que va conectado a la corteza motora del cerebro, que logra dar al menor la autonomía de los movimientos.
Método de uso en los niños
El niño que utilice el exoesqueleto y desee moverse debe concentrarse y pensar en movimiento y en realizar una acción.
Es este proceso los electrodos del casco miden la actividad eléctrica cerebral y detectan la frecuencia de movimiento.
De esta forma es que el robot comienza a tener movilidad siguiendo las instrucciones del menor.
En palabras del doctor Ignacio Martínez, de la unidad de Neuroortopedia del Hospital Niño Jesús, “sirve para entrenar la postura de los pacientes, que muchas veces caminan demasiado hacia adelante porque no controlan el tronco, pero también para que manejen bien la coordinación de sus músculos”.
Beneficios para los niños con parálisis cerebral
El doctor Martínez explica que la parálisis cerebral infantil es la enfermedad neuromuscular más frecuente (entre dos o tres casos por 1.000 recién nacidos vivos): “La nueva herramienta podría ser beneficiosa para el 70 por ciento de los pacientes”.
El invento ya se ha probado en algunos niños del centro madrileño y pronto se realizará un estudio multicéntrico, que evaluará la efectividad de la innovación en otros 120 menores más que implican también al Hospital de Chicago (Estados Unidos).
El proyecto está previsto para finalizar en el 2022.
El fin de las sesiones de terapia robotizada buscan ayudar a reproducir la actividad cotidiana de la vida para que el niño logre interactuar con un entorno habitual.
Y el propósito de la herramienta es educar la postura y la coordinación de distintas partes del cuerpo de forma que los niños puedan caminar de forma más autónoma.
El CSIC ya trabaja en un nuevo diseño indicado para bebés y de esa forma lograr un mayor alcance.
Se cree que podrán comercializarse en cinco años pues “ya cuentan con empresas interesadas” en sacarlo a la venta.
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