¿El negro da calor? Desvelamos este y otros mitos sobre la ropa en verano

Que levante la mano quién no haya oído en alguna ocasión frases tan irrefutables como: “El negro da calor” o “en verano, cuanta menos ropa, mejor”. Sin embargo, como buenos mitos que son, no siempre son ciertos. Por eso, resulta fundamental aclarar lo más comentados -claro-, con respecto a la moda.

En teoría, los colores oscuros y aquellos fuertes, vivos y chillones, absorben más la luz del sol transformándola en calor, pero esto no quiere decir que no repartan mejor la energía térmica que genera el cuerpo.

Además, todo dependerá de las prendas en cuestión. Porque ¿acaso te pondrías un polo blanco de manga larga en verano?

Pues no. El algodón suele ser más pesado y dar más calor que fibras sintéticas como el poliéster o la viscosa. Pero, lo que sí sucede que es que transpira mejor. Al absorber más el agua (o el sudor) acumula zonas húmedas durante más tiempo.

Puedes optar por la seda porque es ligerísima, o utilizar la alternativa sintética que sería el rayón.

Sí y no. No toda la ropa tiene la misma caída. Por un lado, si llevas uno de estos vestidos anchos que respiran creando corriente y te permiten movilidad, perfecto. Pero, hay prendas que por muy holgadas que sean, se te acaban pegando al cuerpo, y molestan incluso más a que si la llevabas ajustada desde un inicio.

Recuerda llevar prendas con botones para abrir y cerrar al gusto en función del bochorno.

No solo debemos pensar en cómo soportar el calor, sino como sobrevivir a los cambios bruscos de temperatura: de la calle a la oficina, de la oficina a la calle. Además, otro motivo para llevar varias capaz a la vez -si tienes tendencia sudar- es que la prenda más cercana retendrá la humedad mientras la otra quedará intacta.

Puedes ir mil veces más fresca y cómoda con una camisa y un pantalón largo que con un body y unos shorts. De ahí viene la importancia del tipo de tela que utilicemos. Y no solo eso, la ropa también nos protege del sol.