Zorba, el griego: la historia detrás del baile de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso [VIDEOS]

Un hombre y un séquito cautivo esparcieron miedo en un país que se encontraba entre la espada y la pared. Sus habitantes no sabían si pedir ayuda a sus autoridades, o correr de ellas. Abimael Guzmán, o para sus seguidores 'Presidente Gonzalo', fue la cabeza de Sendero Luminoso, una organización terrorista que se marcó objetivos para cambiarle la cara al Perú, que sea más equitativo, menos burgués. Como toda ''guerra interna'' debían de registrarse soldados caídos, en nuestro caso fueron cientos de asesinados injustamente. Si no seguías su ritmo te convertías en el enemigo. Hombres, mujeres y niños, todos caían si no tenían el puño mirando al cielo.

NO TE PIERDAS: ¡No se deja chantajear! Miguel Bosé publicó el rostro de sus hijos para evitar extorsiónDurante las jornadas de terror que profetizaban los senderistas, su líder se refugiaba en el gozo, bailando y escuchando música. Su preferida, ''el baile de Zorba'', compuesta por el artista griego Mikis Theodorakis. Esta famosa escena de Guzmán con  Elena Yparraguirre bailando entre aplausos de sus fieles y escuchando de fondo esta pieza de Mikis, quien la compuso para la película ''Zorba, el griego'', estrenada en el año 1964, dirigida por  Michael Cacoyannis. Esta fue una adaptación para el séptimo arte del libro ''Vida y aventuras de Alexis Zorbas'', la cual tiene por autor a  Nikos Kazantzakis.

TAMBIÉN LEE: ''Dejen a Britney tranquila'', video que defendió a la 'princesa del pop' escondía triste historiaLa historia del protagonista del libro -presentado como el narrador- nos recuerda al 'Presidente Gonzalo'. Un hambre por conocer la historia de su país desde su gente, sumergiéndose en el mundo de los campesinos y todos los miembros de la clase trabajadora. El intelectual abandona sus comodidades para palpar su tierra, y decide enlistarse a una mina que estaba por reiniciar su trabajo. En su camino al lugar se encuentra con Zorbas, quien lo saca de su 'zona de comfort' para hacerlo vivir de verdad, exponiéndolo al amor, dolor, felicidad y tristeza. La escena del baile de Abimael y su pareja es un reflejo exacto del baile que protagonizaron Zorba y su amigo de viaje. Este último le pide que le enseñe a bailar en medio de la nada. Sin pensarlo dos veces, se desprende de su saco para remangarse las mangas de la camisa para poder bailar al ritmo de la canción de Kazantzakis.