Jennifer Lawrence: siete razones por que la adoramos

Estamos a pocos días de celebrar la edición  86 de los Premios Oscar  y una de las actrices favoritas a ganar una estatuilla es la inigualable Jennifer Lawrence en la categoría a "Mejor actriz de reparto" por la película "Escándalo Americano".

Desde que por primera vez,  la actriz de 23 años , apareció en televisión se pensó que sería otra más del montón, una actriz rubia, bonita y de buen cuerpo; pero se encargo de dejar en claro que no lo era y enfatizo que es ella quien debe devorarse a Hollywood y no dejar que sea al revés.

Ahora vamos hacer un listado de las situaciones que han hecho que Jennifer Lawrence nos resulte tan adorable y única.

 Puede reírse de sí misma

Durante la entrega de los premios Oscar 2013, la actriz cayó de rodillas mientras intentaba subir las escaleras en su escultural vestido de Dior. "Ustedes están de pie porque se sienten mal de que me haya caído y eso es realmente embarazoso, pero gracias", dijo emocionada, tras recibir el premio a mejor actriz por su trabajo en El lado luminoso de la vida . Algo parecido le había sucedido durante la ceremonia de los SAG Awards en el 2013,  cuando terminó rasgándose la falda de su vestido mientras intentaba esquivar las sillas que la separaban del escenario.

Dice lo que piensa

No es fácil encontrar en Hollywood a personalidades que se relajen al momento de sentarse frente a un periodista, que dejen que sus pensamientos fluyan libremente aún a costa de "meter la pata". Bueno, Jennifer es una de esas. Mira la entrevista. 

Fue construyendo un estilo propio

Rubia, morocha, con el pelo largo o corto, de cóctel o de gala, Jennifer sabe adaptarse a la situación y no le teme a los cambios. No será un camaleón pero casi siempre consigue estar a tono y robarse todas las miradas.

Impuso el "photobombing" en la alfombra roja

Jennifer parece entender muy bien que no debe tomarse tan en serio, y ha hecho de su paso por la red carpet un espectáculo en sí mismo. Durante la entrada de los Golden Globes, por ejemplo, hizo "photobombing" -algo así como "bombardear" una foto o acaparar la atención con simpatía- mientras Taylor Swift era entrevistada en vivo.

En mayo del 2013, durante la gala del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, se atrevió a meterse con el ícono fashionista por excelencia de Hollywood: Sarah Jessica Parker. Mientras la actriz de Sex & the city lucía un barroco diseño de Giles Deacon que incluía un casco tipo mohicano, Jennifer ensayó un paso de comedia detrás de ella que arrancó carcajadas entre los fotógrafos.

Resistió el acoso de Jack Nicholson

Tras la entrega de los Oscar 2013, mientras era entrevistada por un canal de televisión, Jennifer "sufrió" los simpáticos embates de Jack Nicholson, un hombre que puede haber perdido el pelo pero no las mañas. El "chichoneo" quedó registrado por la cámara, y el video rápidamente se viralizó por las redes sociales.

Le puso los puntos a Joan Rivers

Adoramos los comentarios incisivos y lacerantes de la reina del Fashion Policetelevisivo, pero muchas veces Joan Rivers ha sobrepasado la línea del buen gusto sin medir las consecuencias de lo que dice. En ese sentido, Jennifer fue una de las pocas celebridades que se atrevió a enfrentarla al sentenciar que ese programa transmitía "valores erróneos". Claro que Rivers no se quedó callada y no demoró en tildarla de "arrogante". Entonces, ella volvió sobre el tema: "¿Por qué resulta gracioso humillar a la gente? Lo entiendo, yo lo hago, todos lo hacemos. Pero los medios de comunicación deberían hacerse responsables de los efectos que tienen en las generaciones más jóvenes, en las chicas que miran esos shows televisivos que les dicen cómo hablar y cómo ser geniales. Y la palabra 'gorda'... Creo que debería ser ilegal llamar a alguien 'gorda' en televisión".

Sabe como "robarse" una película

Finalmente, y no menos importante, es el talento que porta Jennifer. Tanto, que Hollywood debería agregar su nombre a la máxima "nunca actúes con niños ni animales porque se llevarán toda la atención". Basta verla en el rol de Rosalyn, en Escándalo americano , para comprender aquello de que no existen papeles pequeños.

Con información de La Nación de Argentina