La pornografía ha ocasionado que muchas parejas tengan ideas erradas sobre lo relacionado con el sexo y el placer. Entre los mitos establecidos, se encuentran las características que manifiestan en el cuerpo las mujeres que están llegando al orgasmo.
Generalmente la pornografía muestra que una pareja está alcanzando el punto álgido de la excitación cuando hay gritos y escenas muy sudorosas en los que la pareja termina exhausta, pero en las relaciones reales no es así.
De hecho, el orgasmo no es solamente físico, sino también ocurren factores emocionales y psicológicos, y aunque sus signos pueden resultar evidentes para alguien experimentado, la mayoría de veces, un sinfín de personas no saben cómo reconocerlo.
A continuación, te detallamos algunas señales que manifiestan que tu pareja está a punto de tener un orgasmo, y no está fingiendo para no dañar tu ego:
Esto se debe a que las glándulas de Bartholin segregan una cantidad mayor de líquido lubricante, para ayudar al pene a deslizarse por el canal vaginal. Se producen en la matriz contracciones uterinas durante el clímax, con el propósito biológico de atraer a los espermatozoides.
Si el orgasmo es muy fuerte, los músculos de la vagina comienzan a contraerse rápidamente, para estimular más al pene y provocar una eyaculación.
La fuerte sensación de placer ocasiona que los músculos de todo el cuerpo se tensen y muchas veces la espalda se arquea.
En muchas mujeres aparece un rubor que comienza en el pecho y se extiende al cuello y rostro.
Éste es un buen signo, pero, ojo, no en todas las mujeres se presenta.
El ritmo respiratorio se acelera debido al esfuerzo muscular, así que muchas mujeres respiran más rápido y entrecortadamente.
Desde luego, el ritmo cardiaco aumenta también, así que podrás escuchar o sentir su corazón desbocado.
En muchos casos, todo el cuerpo se cubre de un sudor fino.
Tanto la excitación sexual como el orgasmo provocan que las pupilas se dilaten y también que salgan algunas lágrimas, por lo que los ojos se ven oscuros y brillantes.
Como te darás cuenta, entre los signos que hemos detallado en esta nota, muchos de ellos resultan imposibles de fingir, como aumento de los ritmos cardiacos y respiratorio, la dilatación pupilar, etc.
Por otra parte, recuerda que la mujer puede estar llegando al clímax y casi no presente signos. Lo mejor sería la prevención, es decir, evitar que ella lo finja, a través de una comunicación abierta y con la confianza de hablar sobre las situaciones que la hagan sentir cómoda.