A medida que se produce nuestro desarrollo sexual, sobre todo cuando alcanzamos la pubertad o la adolescencia, comenzamos a experimentar atracción sexual hacia alguien. Sentir ese deseo suele empujarnos a acercarnos a esa persona para intentar entablar un vínculo si es que éste todavía no existe o puede generar un interés por estrechar los lazos afectivos si es que se trata de alguien a quien ya conocemos.
Sea como sea sentir atracción sexual por alguien es una vivencia tan común que cuesta creer que haya personas que no la experimenten nunca en su vida. Sí, se trata de las personas autosexuales, un nuevo término que sirve para denominar a la gente que siente mayor atracción hacia sí misma que hacia otras personas.
El término autosexuales fue usado por primera vez por el terapeuta sexual Bernard Apfelbaum, quien lo empleaba para referirse a las personas que tienen dificultades para sentirse atraídas sexualmente por alguien más.
Sin embargo, en la actualidad ser autosexual se usa para hacer referencia a las personas que se sienten atraídas principalmente —y en algunos casos, exclusivamente— por sus propios cuerpos.
No debe confundirse ser autosexual con ser narcisista o carecer de empatía para vincularnos con otras personas. El narcisismo implica una necesidad constante de admiración, mientras que la autosexualidad quiere decir que una se siente más cómoda sexualmente cuando está a solas consigo misma que cuando se encuentra acompañada de alguien más.
Debido a que las personas autosexuales se sienten más a gusto cuando viven experiencias sexuales privadas y personales, la autosexualidad está ligada inevitablemente a la masturbación.
Pero a diferencia de la mayoría que recurre a recuerdos de encuentros sexuales o a fantasías sexuales con alguien más, las personas autosexuales se masturban principalmente creando imágenes en su cabeza sobre sí mismas: desde aventuras masturbatorias pasadas hasta fantasías sexuales donde ellas son las únicas protagonistas e incluso disfrutan imaginando que tienen sexo consigo mismas.
Es importante señalar que existen distintos grados de autosexualidad, puede haber algunas personas autosexuales que sienten únicamente atracción hacia mismas y otras que sí pueden sentirse atraídas levemente hacia alguien más. Además, las personas autosexuales también pueden vincularse sexualmente con otras personas y tener pareja o compañero(a)s sexuales, pero eso no altera que la atracción sexual más potente la sientan por sí mismas.
Esta atracción sexual tan peculiar hace posible que para una persona que es autosexual algunas vivencias cotidianas puedan convertirse en un encuentro sensual o sexual consigo misma. Darse un baño, mirarse al espejo desnuda, observar la ropa interior que está usando o colocar un poco de crema sobre sus piernas.
En el caso de las mujeres, que somos bombardeadas desde pequeñas con mensajes —a través de los medios de comunicación— sobre los defectos que tiene nuestro cuerpo, la autosexualidad puede ser vista como la manifestación de una autoestima femenina alta y saludable.
Sandra Campó es escritora y educadora sexual. Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima. Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM: @elblogdesasa