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17 Ene 2020 | 13:56 h

Los fluidos vaginales son normales

Contrario a lo que se piensa, los fluidos vaginales son normales y su existencia son una muestra de los cambios que experimenta nuestro cuerpo a lo largo del mes.

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    La industria de la higiene íntima nos ha hecho creer que debemos llevar los calzones secos todo el tiempo, para eso existen los protectores diarios, que son versiones más pequeñas de las toallas higiénicas plásticas. 

    Pero lo cierto es que contrario a lo que se piensa, los fluidos vaginales son normales y su existencia son una muestra de los cambios que experimenta nuestro cuerpo a lo largo del mes.

    Los cambios hormonales propios del ciclo menstrual junto con la autorregulación del ph vaginal —el grado de acidez que presenta la piel de la vulva y de la vagina— tienen como consecuencia la producción de diferentes tipos de flujos.

    ¿Cómo son los fluidos vaginales?

    Los fluidos vaginales están compuestos, entre otras cosas, de: secreciones (moco cervical) generadas por el cuello uterino, las glándulas de Bartolino y el endometrio; y bacterias beneficiosas que colonizan la vagina y que impiden que las bacterias patógenas se multipliquen.

    La función de los fluidos vaginales es hidratar la vagina, ya que al producir una capa viscosa de flujo las membranas mucosas vaginales se mantienen sanas. Por lo tanto, el flujo vaginal no debería ser considerado algo desagradable o asqueroso como lo es para muchas mujeres. El flujo vaginal es algo tan natural como la saliva que se produce en tu boca.

    Como ya he mencionado líneas arriba, los flujos vaginales están relacionados con las fases del ciclo menstrual, de tal manera que cada tipo de flujo, de acuerdo a su color y su textura, te indica en qué fase del ciclo menstrual te encuentras.

    Entre los tipos de flujos vaginales encontramos los siguientes:

    El flujo cremoso, opaco y flexible que se produce durante la fase preovulatoria, es un flujo semifértil.

    Durante la fase ovulatoria el flujo vaginal tiene la apariencia de la clara del huevo: es de consistencia acuosa y flexible, es un flujo muy fértil.

    El flujo de la fase premenstrual es más blanco, cremoso, espeso y pegajoso, indica no fertilidad.

    Y, por supuesto, durante la fase menstrual el flujo vaginal es la sangre de nuestra regla.

    ¿Cómo diferenciar entre los fluidos y las infecciones?

    Para que los flujos vaginales sean considerados normales tienen que ser inodoros y poseer un sabor ligeramente salado. Por otro lado, no deben estar acompañados de picor o ardor.

    En caso contrario, es necesario que asistas con tu médico de confianza para que puedas descartar la existencia de algún tipo de infección vaginal.

    Por ejemplo, las infecciones por hongos como la Candidiasis suelen causar picazón y ardor vaginal y producen una secreción vaginal blanca, espesa y sin olor. Mientras que si el flujo vaginal es amarillo y no hay ningún síntoma podría tratarse de Clamidia, una infección de transmisión sexual (ITS) bastante común. Pero si el flujo es amarillo y se experimenta picazón, dolor al orinar y además posee un olor desagradable entonces se trataría de Tricomoniasis, otra ITS, cuya curación se realiza en base a antibióticos.

    Sandra Campó es escritora y educadora sexual.  Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima. Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM: @elblogdesasa