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10 Dic 2019 | 9:46 h

“Ninfómana”: una palabra que deberíamos dejar de usar

La palabra ninfómanase usa a manera de insulto hacia las mujeres que les gusta el sexo.

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    Existen diversas palabras que se usan como insulto hacia las mujeres que les gusta mucho el sexo como puta, perra o zorra. Otra de las palabras que se emplea con el mismo significado pero que tiene en apariencia un toque más sofisticado y comúnmente aceptable es nínfomana.

    Sin importar si en realidad nos gusta mucho el sexo o no, en algún momento de nuestras vidas hemos sido (o seremos) llamadas de esa manera tan sólo por expresar nuestro deseo sexual abiertamente o por no ceder ante los deseos de alguien más.

    En el caso de ninfómana a veces suele emplearse como si se tratara de una palabra seria y válida que, incluso las mujeres usan sin tomarlo como un insulto, sino como un término médico, tal como ha sido considerado hasta hace algunas décadas.

    Pero ya que el lenguaje configura nuestra manera de ver el mundo es muy importante que sepamos el origen de la palabra ninfómana, en qué consistía la ninfomanía según la psicología y, sobre todo, por qué deberíamos dejar de usar este término que no es una definición médica sino un insulto sexista.

    ¿Qué significa ser una ninfómana?

    Desde el siglo XIX, la ninfomanía fue considerada una enfermedad que aquejaba únicamente a las mujeres y se caracterizaba por la presencia de un gran deseo sexual que se apoderaba de ellas y que supuestamente tenía su origen en alguna deficiencia uterina o cerebral.

    En ese entonces se vivía en plena época victoriana, en la que se había impuesto una grave represión sexual por eso los médicos no contemplaban que las mujeres, al igual que los hombres, sintieran deseos sexuales, ya que se concebía que el sexo para ellas era una cuestión con fines meramente reproductivos. Esta idea se mantuvo vigente durante más de un siglo en el ámbito médico y, posteriormente, fue incorporado al campo de la psicología.

    Recién a mediados del siglo XX, gracias a los estudios llevados a cabo por investigadores de la sexualidad humana como Alfred Kinsey y la dupla conformada por William Masters y Virginia Johnson, la ninfomanía comenzó a ser cuestionada en el ámbito médico y psicológico. Esto dio como resultado que hoy en día el término ninfomanía ya no figure en los manuales médicos de diagnóstico de trastornos mentales.

    ¿Por qué deberíamos dejar de usar la palabra ninfómana?

    Luego de conocer el contexto en el cual se originó el concepto de ninfomanía y ahora que sabemos que tiene una connotación despectiva y sexista que sólo sirvió en su momento para reprimir o controlar la sexualidad de las mujeres, creo que está claro por qué no deberíamos usar la palabra “ninfómana” para referirnos a una mujer que tiene un alto deseo sexual.

    Debemos tener en cuenta que el conocimiento médico y psicológico históricamente ha estado en manos de los hombres, quienes desde una visión patriarcal han determinado lo que ellos consideran que es el deseo y el placer sexual femeninos.

    Si eres una de las que disfruta teniendo encuentros sexuales con diferentes personas, si te encanta la seducción y tomar la iniciativa, si no te atrae la monogamia o si simplemente te dejas llevar por tu deseo, no eres una ninfómana, eres una mujer que vive su sexualidad de manera activa y placentera.

    Actualmente existe un término médico que se aplica tanto para hombres como para mujeres y que denomina un trastorno mental llamado hipersexualidad o adicción al sexo. Una persona adicta al sexo es aquella que siente una necesidad imperiosa de tener relaciones sexuales todo el tiempo, de tal manera que busca el contacto sexual compulsivamente. El sexo pasa entonces a convertirse en una obsesión que interfiere con otros ámbitos de su vida como el sentimental o el laboral, por ejemplo.