Como cualquier otro arte, masturbarte requiere no sólo de conocimientos teóricos sino de ejercicios prácticos para que puedas darte placer cuando quieras, como quieras y con quién más quieres: tú misma.
La gran mayoría de mujeres no se masturban porque no saben cómo hacerlo o porque cuando lo intentan no sienten placer. Pero hay 3 consejos básicos que pueden serte de mucha utilidad si quieres comenzar a masturbarte, así que pon manos a la obra y disfruta.
De igual manera que durante la semana hacemos citas con otras personas es necesario que reserves un tiempo en tu agenda para dedicarte exclusivamente a masturbarte.
Sí, quizás suene poco espontáneo, pero piénsalo como si se tratara de una clase a la que tienes que asistir en determinado horario, la diferencia es que tú elegirás la hora más adecuada para ti, tú serás tu propia maestra y tu cuerpo será la página en blanco en la que comenzarás a escribir tus primeras aventuras masturbatorias.
Planificar tus encuentros contigo misma significa que estás interesada y comprometida con tu placer y que estás dispuesta a dedicar un momento de tu agitada rutina cotidiana para aprender a masturbarte tanto en la teoría como en la práctica.
Para ello puedes emplear la mitad del tiempo que has reservado para tu sesión de autoerotismo en leer libros o artículos relacionados con el tema o ver documentales que aborden el placer femenino; mientras que la otra mitad del tiempo puedes usarla para poner en práctica todo lo que has visto o leído.
Una vez que hayas definido cuándo será tu cita contigo misma, es necesario que escojas el lugar propicio para tus prácticas masturbatorias. Puede ser tu cuarto o el baño si vives con otras personas; o puede ser cualquier espacio de tu casa si vives sola. Lo importante es que, sea cual sea el lugar que elijas, estés segura de que nadie te va a interrumpir.
También es esencial prestarle atención al espacio en el que te encuentras y crear un ambiente ideal para tu placer sexual. Para ello puedes, por ejemplo, apagar las luces y colocar velas aromáticas e incienso, poner música suave o ver una película erótica, tomar una copa de vino o comer algún aperitivo que te guste mucho, vestirte con un conjunto de lencería y mirarte en el espejo.
Si crear este ambiente te parece muy complicado o no es lo que te gusta, no te preocupes. El ambiente ideal es el que a ti te parece adecuado para relajarte y entregarte al goce sexual. La idea es que despiertes todos tus sentidos, de tal manera que liberes tu sensualidad y te dispongas únicamente a experimentar el placer que sólo tú puedes darte.
Aprender a masturbarte es como cualquier otro aprendizaje: requiere de una práctica constante, no es algo que se aprende al instante. La comparación más común que suelo usar para ilustrar este punto es que masturbarte es como aprender un idioma diferente al tuyo, no puedes pretender que luego de asistir a una clase de inglés o francés vas a escribir o hablar perfectamente dichos idiomas. Necesitas seguir asistiendo a clases, estudiar la teoría y sobre todo ponerla en práctica.
Pues igual ocurre con la masturbación. Si lo intentas una vez y te sientes rara o incómoda o simplemente no experimentas placer al hacerlo porque te parece extraño tener sexo contigo misma, puedes volver a intentarlo en otra oportunidad.
Poco a poco esa sensación de incomodidad y extrañeza se irá yendo a medida que vayas probando distintas técnicas para masturbarte y sobre todo hasta que encuentres la que es ideal para ti pues no todas las mujeres se masturban de la misma forma. Experimenta contigo misma y deja que el placer inunde cada rincón de tu cuerpo.
Sandra Campó es escritora y educadora sexual. Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima.