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14 Nov 2019 | 15:57 h

Disorgasmia: los orgasmos dolorosos existen

Aunque parezca contradictorio existen dolores asociados al orgasmo debido a una condición ginecológica denominada disorgasmia.

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    En nuestro imaginario sexual, el orgasmo es una de las experiencias más importantes ya que constituye la cumbre del placer. Pero, ¿qué pasa cuando los orgasmos vienen acompañados de dolor?

    La disorgasmia, que se caracteriza por la presencia de dolores durante o después del orgasmo es una afección ginecológica de la que se habla muy poco por eso es importante conocer sus síntomas y cuáles son las causas que la provocan.

    ¿Qué es la disorgasmia?

    La disorgasmia consiste en sufrir dolores abdominales o calambres leves o fuertes en la parte baja del abdomen durante o después del orgasmo y su duración varía de entre unos segundos o minutos hasta varias horas. En los casos más graves el dolor puede extenderse a las extremidades inferiores, la boca del estómago e incluso la espalda.

    Hasta el momento no existe mucha información sobre esta afección, ya que no se han realizado estudios médicos y ginecológicos al respecto, pero usualmente se presenta en personas que han atravesado por algún procedimiento quirúrgico relacionado con el útero como es el caso de la AMEU (aspiración manual endouterina) que se realiza en el caso de abortos espontáneos incompletos.

    El calambre que acompaña al orgasmo se explica debido a que cuando alcanzamos la cumbre del placer sexual se producen contracciones en el útero y si éste ha sido manipulado o se ha aplicado alguna técnica invasiva en él (como la AMEU) los músculos de la matriz no se encuentran en su estado normal.

    También pueden sufrir disorgasmia las mujeres que están atravesando la menopausia pues en esta etapa de sus vidas comienzan a producir menos estrógenos y la reducción o ausencia de esta hormona provoca que al llegar al clímax sólo se experimenten espasmos y no sensaciones de placer.

    Otras causas de la disorgasmia pueden ser ciertas afecciones ginecológicas como la enfermedad inflamatoria pélvica (EPI), la endometriosis, los quistes ováricos y los fibromas uterinos. Por eso es necesario realizar una consulta ginecológica para determinar cuál es el origen del dolor que estás experimentando durante o después del orgasmo y descartar la posibilidad de alguna enfermedad como las ya mencionadas.

    ¿Cuál es el mejor tratamiento para la disorgasmia?

    La disorgasmia suele ser una condición ginecológica temporal, cuyo dolor va disminuyendo con el paso del tiempo y para aliviarlo se receta comúnmente paracetamol o ibuprofeno.

    Pero si no deseas recurrir al uso de compuestos químicos otra manera de tratar la disorgasmia es aplicar calor en el bajo vientre. Puedes hacerlo usando una bolsa de agua caliente o una bolsa de semillas.

    Es recomendable aplicar calor en el momento previo a alguna práctica sexual, sea de sexo compartido (en pareja) o sexo a solas (masturbación). El calor ayuda a relajar los músculos del útero de tal manera que las contracciones propias del orgasmo no resulten dolorosas.

    Recuerda que es fundamental encontrar una solución para la disorgasmia porque experimentar orgasmos dolorosos es un impedimento para que disfrutes por completo del placer sexual.