En una relación sentimental existen varios cambios, ya sea laboral, en el ámbito de estudios, convivencia y diferentes factores que tanto internos como externos que pueden poner en riesgo la estabilidad de la pareja.
Ante ello, Harriet Lerner, psicóloga norteamericana y autora del libro La danza de la rabia, menciona al portal Infobae que la conmoción o sacudida por un factor externo puede hacer evolucionar hacia otro periodo a la pareja, hacia un nuevo equilibrio.
No obstante, en el proceso también se muestra otros casos en los que parece imposible seguir adelante. Por ello, cuando el cambio resulta muy profundo sólo para uno de los dos, muchas veces la disparidad es irreconciliable.
Para esta situación, la especialista brinda algunas recomendaciones para sobrellevar a los cambios que se puedan presentar. Recuerda que, lo mejor es proteger la relación sobre la base del amor, la compresión y, sobre todo, del diálogo. ¡Atenta y toma nota!
La vida no es estática y las relaciones, tampoco. Por lo tanto, ante un conflicto, los roles suelen cambiar; y la pareja debe estar abierto al cambio para poder hacerle frente a las diferentes adversidades que se van presentando.
La base de toda relación es el respeto y la comunicación. Por ello, sin diálogo es imposible que una pareja funcione, y menos que atraviese situaciones difíciles. Lo recomendable para una relación sólida es comprender a la otra parte.
No todos reaccionamos igual frente a un problema o una situación dolorosa. Respetar su forma de transitar ese tiempo posterior, de elaborar el duelo y de seguir adelante es la clave para reestablecer los cimientos de la relación.
El logro de es también del otro. Por ese motivo, es importante visualizar que cada uno tiene sus propias metas y proyectos, personalidad e independencia y para fortalecer la relación se debe acompañar el crecimiento laboral, emocional o educativo de nuestro compañero de vida y no mancharlo con envidia o celos es indispensable para conformar una relación madura y duradera.
Acompañarse, quererse, mimarse. Aunque en la primera etapa del enamoramiento uno sólo quiere compartir el tiempo con su pareja, las buenas amistades y la familia son un punto de apoyo fundamental cuando algo nos hace trastabillar. Una crisis o un duro golpe puede afectarnos, y contar con las palabras, el apoyo y la compañía de otros puede ayudar, siempre y cuando sea en la medida justa.
Los primeros tiempos de lujuria y deseo suelen mutar a compañerismo y afecto mutuo cuando ya se conforma una pareja estable. Sin embargo, demostrarle cariño y atención, y buscar que la pasión renazca agregándole un poco de pimienta a la relación es ineludible para contrarrestar la rutina.