Muchas mujer tienen sexo pero no llegan a disfrutarlo porque no logran llegar al máximo placer, esto se debe porque padecen de anorgasmia.
Seguro te preguntarás qué es. Bueno, la anorgasmia es un término que los médicos lo utilizan para definir la dificultad para alcanzar el orgasmo luego de una amplia estimulación sexual.
Y la falta de orgasmos muchas veces hace que sintamos angustia y que interfiera en la relación con nuestra pareja.
Es cierto que el máximo placer varía en intensidad y que la mayoría de nosotras necesitamos un cierto grado de estimulación del clítoris, porque la penetración vaginal no es sinónimo de orgasmo.
Según Mayo Clinic, existen cuatro tipos de anorgasmia:
1. Anorgasmia de toda la vida. Esto significa que nunca sentiste un orgasmo.
2. Anorgasmia adquirida. Esto significa que solías tener orgasmos, pero ahora tienes dificultad para llegar al clímax.
3. Anorgasmia circunstancial. Esto significa que puedes tener orgasmos solo en ciertas circunstancias, como durante el sexo oral o la masturbación, o solo con una pareja determinada.
4. Anorgasmia generalizada. Esto significa que no puedes tener orgasmos en ninguna situación y con ninguna pareja.
Asimismo, hay algunas causas físicas que provocan la anorgasmia, por ejemplo:
- Enfermedades. Las enfermedades graves, como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson, y sus efectos sobre el bienestar psicológico pueden obstaculizar el orgasmo.
- Problemas ginecológicos. Las cirugías ginecológicas, como la histerectomía o las cirugías para tratar el cáncer, pueden afectar el orgasmo.
Además, la ausencia del orgasmo suele estar acompañada de otros problemas sexuales, tales como la incomodidad o el dolor durante las relaciones sexuales.
- Medicamentos. Hay muchos medicamentos recetados o de venta libre que pueden inhibir el orgasmo, entre los cuales se incluyen medicamentos para la presión arterial, antipsicóticos, antihistamínicos y antidepresivos (en especial los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, ISRS).
- Alcoholismo y tabaquismo. El consumo excesivo de alcohol puede obstaculizar tu capacidad para alcanzar el clímax.
El tabaquismo puede limitar el flujo sanguíneo hacia los órganos sexuales.
- Envejecimiento. A medida que envejeces, los cambios normales de la anatomía, las hormonas, el sistema neurológico y el sistema circulatorio pueden afectar tu sexualidad.
La disminución de los niveles de estrógeno a medida que entras a la menopausia y los síntomas de esta, como los sudores nocturnos y los cambios de humor, puede tener un efecto sobre la sexualidad.
Si tú estás observando alguno de estos síntomas, es muy importante que visites a tu médico de confianza.