Desde el momento que Esther Perel publicó su libro: “Inteligencia erótica”, se volvió en tendencia a nivel mundial. Ella es una psicoterapeuta experta en relaciones de pareja y familiares. La idea apareció luego que su consultorio se llenará de parejas que habían perdido la intimidad, que cayeron en la rutina y la pasión fue desvaneciéndose poco a poco en sus vidas. Pero ¿sabes cuál es su verdadero significado?
Y es que, nos preguntamos ¿cómo es posible que en plena época de la liberación sexual las parejas tengan menos sexo? Esto se debe a la necesidad de pertenecer a la idea de “familia perfecta”, es decir, los hijos, el trabajo y las responsabilidades cambian la convivencia en pareja.
“Están demasiado ocupados, demasiado estresados, demasiado implicados en la crianza de los hijos, y demasiado cansados para el sexo”, afirmó.
Ante la pregunta, ¿qué es erótico? Se puede decir que es la fusión entre la sensualidad y el amor, el tener la capacidad de crear una conexión emocional con el otro. Cuando la pareja tiene inteligencia erótica pueden pasar tiempo juntos, sin importar todos los obstáculos que se les vaya presentando la vida. Pues, ya tienen un propósito establecido.
“Inteligencia erótica aspira a atraparte en un debate honesto, informado y provocativo; un libro que te anima a cuestionarte a ti mismo, a que hables sobre lo que normalmente no se habla y a que no tengas miedo de desafiar lo sexual y emocionalmente correcto”, indicó Esther Perel.
Es normal que vinculemos lo erótico directamente con la pareja. No obstante, mientras tengas afecto y empatía con la otra persona estás utilizando la inteligencia erótica, sin la necesidad de que tengan relaciones sexuales.
“Algunos establecen vínculos íntimos conscientes de que necesitan conectarse, estar cerca, no estar solos y no ser abandonados. Para otros, la conexión erótica y afectiva crea una cercanía que puede ser abrumadora, provocando una sensación de claustrofobia”, afirmó la experta.
Y en el caso que pase, se realiza de manera obligatoria, quiere decir que no hay límites personales ni hay un respeto a la individualidad de la pareja. Esa es una de los principales motivos por las que el deseo y la pasión desaparece.
“Algunas parejas confunden intimidad con control, y lo que parecería interés y cuidado hacia el otro, en realidad es vigilancia secreta”, finalizó la psicoterapeuta.