Imágenes y videos compartidos en varias plataformas muestran un cambio inesperado en el color del icónico Río Rímac, lo que ha generado preocupación entre los residentes y los internautas.
Únete al canal de Whatsapp de WapaEn las últimas horas, numerosos reportes en redes sociales han alertado sobre una inusual tonalidad rojiza en las aguas del río Rímac. Este fenómeno ha sido especialmente visible en el tramo que va desde el puente Trujillo hasta la alameda Chabuca Granda.
Usuarios han compartido imágenes y videos que muestran claramente el cambio de color, generando inquietud y diversas especulaciones sobre su origen. Comentarios como “¡Acabo de pasar por línea amarilla y el río Rímac está rojo a esta altura!” o “El río Rímac hoy cambió de color” reflejan la preocupación y sorpresa de los cibernautas.
El río Rímac es una de las principales fuentes hídricas del país, suministrando agua para consumo humano, actividades agrícolas y generación de energía. Según el Ministerio de Energía y Minas, su cauce alberga cinco centrales hidroeléctricas que juegan un papel clave en el suministro eléctrico de Lima. Sin embargo, la cuenca del río también está expuesta a una intensa actividad minera, con explotaciones ubicadas en las zonas altas y en la subcuenca de Santa Eulalia.
De acuerdo con información obtenida por Infobae Perú, fuentes cercanas al caso señalaron que "el hecho se está desarrollando aguas abajo", mientras que las autoridades responsables aún no han tomado medidas visibles. Hasta el momento, ninguna entidad competente, como la Autoridad Nacional del Agua (ANA), ha emitido un pronunciamiento oficial. Se ha mencionado que el Ministerio de Vivienda es la institución encargada de estos casos, aunque no se han proporcionado detalles adicionales ni antecedentes similares.
Sedapal aseguró a la población de Lima y Callao que la calidad del agua potable no se ha visto afectada. En un comunicado oficial, la entidad afirmó que “la captación y el tratamiento del agua en nuestras plantas se realizan con total normalidad, cumpliendo estrictamente con los estándares de calidad”. Además, indicó que, en las bocatomas de Atarjea y Huachipa, el río Rímac mantiene la turbidez habitual de la temporada, sin registrar anomalías en la coloración que puedan comprometer el abastecimiento.
Respecto al cambio de color observado, Sedapal explicó que este fenómeno ocurre aguas abajo de sus compuertas de captación, por lo que no representa un riesgo para el suministro de agua potable. La entidad reiteró su compromiso con la población, garantizando un servicio seguro y confiable.
Por su parte, María Angélica Villasante, experta en estudios socioambientales, descartó cualquier explicación mística o natural sobre el cambio de color en el río. Según la especialista, este fenómeno es consecuencia directa de la contaminación provocada por empresas que vierten sustancias tóxicas en el agua sin responsabilidad ni sanciones. En su opinión, la falta de control sobre estas actividades es una de las principales causas del daño ambiental que afecta al río Rímac.
El caso del río Rímac no es un hecho aislado. En años anteriores, se han registrado otros episodios de contaminación en sus aguas, como el ocurrido en octubre de 2024, cuando se detectaron niveles elevados de metales pesados como arsénico y plomo. Esta situación obligó a Sedapal a suspender temporalmente la captación de agua debido a la alta toxicidad. Sin embargo, la falta de sanciones para las empresas responsables ha generado una sensación de impunidad entre la población.
En redes sociales, varios usuarios han recordado casos similares en la cuenca de ríos cercanos, como el Chillón, donde las autoridades atribuyeron la contaminación a industrias textiles informales que vertieron aguas residuales en el cauce. Estos incidentes se repiten con frecuencia sin que se implementen medidas efectivas para prevenir nuevas crisis ambientales.
Ante esta situación, activistas han cuestionado la efectividad de las políticas ambientales del gobierno, señalando que los casos de contaminación suelen quedar en el olvido sin consecuencias claras para los responsables. A través de diversos mensajes, la ciudadanía exige un mayor control sobre las actividades industriales y una intervención más estricta de las autoridades para evitar que los ríos de la región continúen siendo utilizados como vertederos de desechos industriales.