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Los niños inquietos y ruidosos serían los más felices

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    Los niños inquietos y ruidosos serían los más felices
    Foto: api.ning

    En la actualidad nos topamos muchas veces con algunas situaciones que nos demuestran que los niños no siempre son bien recibidos en los cines, salones, tiendas y etc. ¿A qué nos referimos? Al concepto de “niñofobia” que hace referían a los lugares donde no son permitidos por los niños por el ruido que ocasionan, sin imaginar que los pequeños inquietos, ruidosos y hasta llorones son los más felices porque ni tienen miedo de expresar sus emociones, viven libres sin cohibiciones.

    Este tipo de movimiento está teniendo mucha repercusión en Estados Unidos y Reino Unido, donde en algunos lugares están prohibido los niños pequeño y lógicamente el ingreso de sus padres también.

    Muchas veces se cree que si un niño llora es porque es el resultado de una mala crianza, sin imaginar que el llanto es la única forma de comunicación que conocen los pequeños para expresar sus necesidades o fastidios. Además, cada pequeño tiene su personalidad y su forma de interactuar con el contexto, hay más inquietos otros tranquilos, pero ello no es resultado de una educación.

    Hay que tener en cuenta que los niños desean tocarlo todo, porque a través de sus sensaciones pueden experimentar, sentir, reír y sobretodo aprender. Si los obligamos a callarlos, a no llorar, hablar bajo y no moverse de la silla estaremos criando a criaturas temerosas que no se atreverá a explorar. Recuerda que los cinco primeros años de su vida son esenciales para su desarrollo.

    Sin embargo, tampoco podemos caer en ser muy permisivo, si un niño llora ese llanto debe de ser atendido y no censurado ni olvidado. Es necesario que se cree una conducta de exploración, curiosidad e interacción con su medio, pero siempre con supervisión.

    La infancia es ruidosa por naturaleza, recuerda cuando eras niña y mientras más corrías, gritabas, saltabas eras mucho más feliz. La infancia se pasa muy rápido, como todo en la vida, por eso debemos de dejar vivir a cada persona sus diferentes etapas. Si alguna vez te topas con un pequeño que está llorando o riendo muy fuerte, recuerda que está siendo muy feliz como en algún momento lo fuiste tú.

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    Los niños inquietos y ruidosos serían los más felices

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